
Acabo de finalizar una consulta de comunicación con un perrito y su persona que me ha hecho «Click» en algún lugar de mi inconsciente y ha traído todo esto a mi consciencia. Lo comparto aquí esperando que ese click se produzca también en otras mentes que de algún modo se encuentren algo removidos y confusos en estos momentos que corren.
Se acerca el final del otoño, cada día será a partir de ahora más y más invernal. Caerán las últimas hojas de los árboles y estos se sumergirán en su interior, durante un par de meses, parecerá que murieron, y así será en cierto modo pero no del todo, en su interior sigue la vida observándose a si misma, escuchándose, reconociéndose… En primavera volverán a la vida con nuevas hojas, floreciendo, dando frutos.

Lo que es adentro es afuera, esa es una Ley del Universo y por lo tanto de ello ya se encarga el Universo, ahora toca simplemente conectarse al ciclo de la Naturaleza; recogerse, aceptar la oscuridad, escuchar el silencio…
El invierno nos trae su mensaje para orientarnos en tiempos de oscuridad: «Adéntrate en la oscuridad, abraza la quietud y escucha el silencio para reconectar con tu luz interior. Ella te guiará para encontar tu lugar en el gran dibujo que formamos todos los seres vivos sin dejar que el miedo o el ruido te cieguen o te desorienten. Cada estrella debe estar alineada para que se forme una constelación. Sólo así se expresa el mensaje de Amor del Universo.»

© Mariví Simona (www.entrespecies.com)
El derecho de autor se basa en la idea de un derecho personal del autor, fundado en una forma de identidad entre el autor y su creación. El derecho moral está constituido como emanación de la persona del autor: reconoce que la obra es expresión de la persona del autor y así se le protege.